¡Gracias, tío Javier, por todo lo que nos entregas y por ser un verdadero ejemplo para nuestros niños, niñas y jóvenes!
Miércoles 17 de Mayo, 2017
En el marco del 147° aniversario de la Fundación Educacional SECST se entrega la distinción Espíritu Santo Tomás de Aquino a don Segundo Javier Ulloa González, nuestro querido tío Javier, escogido por todos los trabajadores de nuestro liceo.

Cada año la Fundación Educacional SECST entrega la distinción Espíritu Santo Tomás de Aquino, reconociendo a aquellos trabajadores que "en su trabajo diario encarnan los valores del Evangelio y las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino”, como nos explica la directora Ejecutiva de la SECST, Sandra Urrutia, en la entrega de este premio que se realizó el pasado 5 de Mayo, en el marco de la celebración del 147° aniversario de la SECST.

Los trabajadores de nuestro liceo, a través de un proceso democrático y representativo, escogió a don Segundo Javier Ulloa González, el tío Javier, como la persona que, desde su cercanía y disponibilidad, responde absolutamente a estas virtudes.

Nuestra comunidad educativa agradece al tío Javier toda su dedicación, entrega y compromiso, no sólo en sus tareas laborales, sino que en la vivencia cotidiana de una espíritu fraterno, cercano y empático con todos, plasmado en sus ambles palabras, gestos de acogida y buena voluntad.

¡Gracias, tío Javier, por todo lo que nos entregas y por ser un verdadero ejemplo para nuestros niños, niñas y jóvenes!

 

SEGUNDO JAVIER ULLOA GONZÁLEZ.
Conocido por toda la comunidad como el Tío Javier, Ingresó a la institución el 01 de marzo de 1988, como auxiliar de servicios.
Desde esa fecha y desde ese puesto, se ha caracterizado por desarrollar las tareas que se le encomiendan con un profundo sentido de responsabilidad, y con mucha alegría y amabilidad.
Posee un espíritu de servicio a toda prueba y ante los requerimientos o necesidades de cualquier persona, su respuesta siempre ha sido positiva.
Se esmera en hacer de su liceo un lugar grato para estar: comprometido y responsable siempre entrega una sonrisa y una palabra de ánimo y acogida.
Sus acciones lo retratan y dan cuenta de su compromiso cristiano. Es una persona humilde que se pone al servicio de los demás y se entrega cotidianamente a la tarea de construir una verdadera comunidad educativa.